Las personas jóvenes en Mexicali solo ven a grandes
Estas empresas son el motor industrial del Mexicali de hoy.
Pero en mis años infantiles, el Mexicali de los 60s, era una ciudad basada en la agroindustria del algodón. El oro blanco, nos decían en la primaria Benito Juárez, cuando estudiaba en su viejo edificio, hoy destruido por manos inmisericordes e ignorantes, con maestros de la talla de la Maestra Ciria Cota, que le dio clases a mi papá y a todos nosotros sus hijos, y del Maestro Maximino Virgen, director en mis años de primaria.
El algodón estableció a Mexicali en el mapa socio-económico de la región noroeste de México, suroeste de EEUU, generando cultivos de la fibra desde finales de la primera década del siglo XX, hasta nuestros días. Su auge agrícola lo podemos ubicar ya a finales de los 20s hasta los 60s.
Y es precisamente a mediados de los 20s, que se establece en Mexicali la planta industrial algodonera por excelencia: la Jabonera del Pacífico.
No hubo ni habrá, en la humilde opinión del Zorro Filoso, ni en la de muchos descendientes de aquellos trabajadores y empleados de La Jabonera, una industria que haya calado tan profundo en la psiqué del mexicalense.
Desde su cierre total en 1974, debido al desplome de los precios del algodón, sus instalaciones y terrenos fueron abandonados, derruidos, y vueltos a erigir en una magnífica plaza comercial, con el mismo tanque elevado de agua, y su bodega de semilla convertida en un museo interactivo para la niñez, Museo Sol del Niño.
Por años en la familia teníamos el pequeño e infundado resentimiento de no ver el reconocimiento social hacia La Jabonera, o la Anderson, Clayton & Cia., por los casi 50 años de su existencia y tantos aportes que hizo para formar una conciencia industrial en los trabajadores de mi ciudad. Pero después de tantos años, por fin hay un digno reconocimiento, en la forma de un libro precioso que empezó a venderse en las librerías de Mexicali.
La Jabonera del Pacífico, y los Años del Algodón (Universidad Autónoma de Baja California, con texto de J. Griffin y aportaciones de los ex-trabajadores, 2008) es el resultado de una empresa de muchas voluntades que aún tienen voz terrenal en esta historia. James Griffin junto con James W. Stone fueron las cabezas industriales de La Jabonera durante las últimas dos décadas de la compañía.
Y por esas voces amistosas, a quienes reconozco el valor del recuerdo y la memoria, vuelve a tener presencia mi papá, quién trabajó en La Jabonera desde 1954, año en que casó con mi mamá y emigraron de Hermosillo a Mexicali, hasta su cierre definitivo en 1974. Ingresó como Químico Laboratorista y fue ascendiendo hasta llegar a Superintendente de Planta de Producto Terminado.
En las muchas actividades profesionales que le recuerdo a mi papá, está el hecho de que le asignaron el proyecto de construcción y operación de la nueva planta de hidrógeno y su refinería. El éxito del proyecto fue el impulso que lo llevó al reconocimiento de propios y extraños por el resto de su vida profesional. Muchos compañeros de mi papá aún le comentan a mi mamá sobre la hazaña, y nos felicitan a los hijos por haber tenido en nuestro padre un ejemplo a seguir.
El libro hace referencia al hecho con el siguiente texto y fotografía:
El gas hidrógeno es imprescindible para la producción de manteca vegetal. Una planta para producir hidrógeno en La Jabonera existía desde los primeros años de su creación pero ya por los años 50 ésta era casi obsoleta. No tenía la capacidad ni ofrecía la eficiencia necesaria.
Entonces se construyó una planta nueva que el ingeniero Carlos Domínguez, supervisor general de la planta de productos terminados, la describió así:
Esta planta fue la primera de su tipo que se instaló en el mundo entero (sic), ya que ello implicó la aplicación de procesos completamente nuevos en sistemas de este tipo. El proceso consiste en pasar propano gaseoso y vapor de agua a temperaturas elevadas a través de catalizadores de níquel, donde se rompe la molécula de propano para formar hidrógeno y anhídrido carbónico.
Esta mezcla de gases se lava por un sistema de regeneración continua y el hidrógeno así purificado se almacena a altas presiones para su siguiente uso. Toda la operación de la planta de gas es completamente automática y está controlada por un sistema sumamente eficiente, que la hace segura en su operación y absolutamente confiable en cuanto a la calidad del gas elaborado.
Guardando las debidas proporciones, hoy en día el hidrógeno vuelve a tener una importancia vital en el desarrollo de la industria actual. Cosas de la tecnología y de los tiempos.
No recuerdo con exactitud cuando mi papá adquirió el disco LP que hoy comparto, pero es un hecho que en 1965, aún viviendo en la casa de la Industrial, él dibujó a mano libre la planta de hidrógeno y la refinería, en el comedor de la casa, utilizando la transparencia de 35mm que les muestro, proyectando la imagen sobre la pared y en el papel de cáscara de huevo que había pegado a ella.
Debió haber sido, por el tamaño y la complicación de la planta, un proyecto extenuante física y emocionalmente. Pero nunca recuerdo haber visto a mi papá cansado o de mal humor. Pero sí recuerdo que a menudo ponía este disco en el estéreo Zenith, y que lo escuchaba sentado en el sofá. Debió ser una catarsis para el stress, los regaños, los apuros, las metidas de pata, las evaluaciones fallidas, los supuestos falsos, la escasez de recursos, la falta de personal, los tiempos por cumplirse, etc.
El disco LP debió comprarlo mi papá en El Centro, California, allá por 1961 o 1962. El álbum pertenece a Earl Grant, afamado tecladista y cantante de aquellos años. Era un excelente pianista y organista, lo cual fácilmente se escucha y se aprecia en el álbum.
Recomendable, sobre todo, I’m In The Mood For Love para bailar con la pareja amada, abrazarla al danzar, hundir el rostro en su hermosa y fragante cabellera, y dar los pasos necesarios para elevarse a las nubes de la percepción. Inténtelo, no se van a arrepentir.
Y así, con las notas de Earl y los textos de Mr. Griffin, termino este año de 2008, de tantos denuedos y tantos sinsabores, pero con tantas esperanzas y ganas de triunfar, para desearles los mejores meses del 2009. Que sean de retos y hazañas, de bailes y música.
Hasta el próximo año.
4 comentarios:
Que el 2009 esté lleno de éxitos y metas cumplidas, de sueños realizados y buenos momentos.
Me gustó mucho el post y espero seguir leyendo entradas tan interesantes el próximo año.
Beso y abrazo
PD podría pedirle por favor zorrito que elimine la verificación de palabra? me parece un trámite harto incómodo, ya si se le llena la guarida de spam pues la vuelve a poner, pero en mi experiencia personal eso ya casi no ocurre
Gracias, Alletta, por tus buenos deseos y amistad.
Lo mismo te deseo, que 2009 sea un año para ahuyentar peligros y obstáculos.
Ahora, ¿a qué te refieres por verificación de palabra? A lo mejor es una opción que inadvertidamente está en el blog.
Si me haces llegar con exactitud el lugar del error, con mucho gusto lo arreglamos.
Dentro de escritorio te vas a la pestaña de configuración en esa a la subpestaña de comentarios y casi hasta abajo está algo asi:
¿Mostrar verificación de la palabra para comentarios?
Sí No
Para ello, será necesario que las personas hagan comentarios en tu blog a fin de completar el paso de la verificación de palabras, que te ayudará a reducir los comentarios no deseados. Más información
Los autores de los blogs no verán la verificación de palabras para los comentarios.
Seleccionas no y listo :D es que es medio molesto andar descifrando la palabrita chueca sobretodo cuando una postea desde la oficina xD
Saludos
Ebb Tide, una de mis canciones preferidas de todos los tiempos, gracias por este disco
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