La Guarida del Zorro Filoso: La Audioteca del Zorro Filoso (El Zorro Campista - El Cabezón II - Easy Listening - Percy Faith - Moulin Rouge)

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domingo, 22 de febrero de 2009

La Audioteca del Zorro Filoso (El Zorro Campista - El Cabezón II - Easy Listening - Percy Faith - Moulin Rouge)


Hay muchos recuerdos del Zorro relacionados con la pasión que mi padre tuvo por la pesca deportiva. Nuestro compañero forista Lobina debe saber muy bien como es ese gusanito. Siempre habrá la oportunidad por ir de pesca, aventurarse en el algún cuerpo de agua de buen tamaño, escoger la caña, el carrete y el señuelo adecuado, acercarse a la orilla, otear la superficie del agua, como tratando de sentirse pez y decidir donde estará el mejor lugar para arrojar el curricán, establecer la táctica para atraer al pez y, finalmente, sea la suerte o la paciencia, conseguirse el sustento acuático.

Nuestro padre siempre gustó de la vida al aire libre. Son incontables las anécdotas en que pasamos las vacaciones yendo a la sierra de La Rumorosa, o a los canales del Valle de Mexicali, o a Ensenada, o a San Felipe, o a la Costa de Hermosillo. Todos los hermanos tenemos esa manía de ir con nuestra propia familia a acampar, para disfrutar de más cerca de la naturaleza.

Ya les platicaba que recuerdo con mucho cariño al extinto edificio de mi primaria, la escuela Benito Juárez, en la esquina de Lerdo y calle F, frente al edificio de la rectoría de la UABC. En aquellos años aún infantiles la escuela aún conservaba, a pesar de tener ya entrados los cuarenta, esa firmeza de su construcción y sus líneas funcionalistas. Los patios nunca tuvieron césped o pasto, Mexicali nunca ha sido distinguida por tener una vegetación siquiera abundante. Jugábamos en la tierra, levantando el polvo con nuestros apresurados pasos y juegos. Mientras más polvo levantábamos… mejor.




Los números en rojo representan el año escolar y el salón en que cursé dicho año

Todos los años, de modo quasi-religiosa, un fotógrafo llegaba a la escuela para tomar las fotografías del grupo. Colocaban algunos maderos a diferentes alturas, como gradas, colocando a los alumnos alrededor de la maestra(o). Para muchos era motivo de jolgorio y para otros de seriedad espartana, creo que aún sucede así. Mi único maestro hombre fue en sexto año, el último de primaria, con el Prof. Hermenegildo Pérez, panista de cepa, casi siempre malhumorado y regañón, pero con un enorme corazón para con sus alumnos.

Solo conservo tres fotos de grupo. Del segundo, cuarto y quinto grado. Durante esos años convivía con diferentes tipos de niños, unos aguerridos a los que francamente les temía, verdaderos bravucones que repetían el año y nos hacían ver nuestra desgracia en el recreo. Pero también hacíamos bonitas amistades con otros niños de nuestra edad, con quienes congeniábamos y jugábamos al Burro Castigado, al trompo o canicas, molestar a las niñas o simplemente platicar de lo se que nos ocurría.


Mi grupo de segundo año, ¿donde está el Zorro?


En cuarto de primaria, ¿siguen sin saber ubicar al Zorro?


Finalmente en quinto año, el Zorro casi pasa a sexto

En esas pláticas les contaba a mis amigos, entre ellos a mi ‘compadre’ García, un niño muy moreno y alegre que siempre quería estar conmigo, de cómo pasábamos las vacaciones en la playa en la Costa de Hermosillo, nuestro paradisíaco El Cabezón. Ese lugar lo llevaré siempre en el corazón. La playa de la pequeña bahía era de diminutas piedrecillas y guijarros, muy tupidos y erosionados por las olas, que terminaban tierra adentro por arenosas tierras llenas de sahuaros, biznagas y ocotillos.

Uno de esos viajes recuerdo como mi tío Héctor había arponeado unos enormes y pesados peces, que mi padre sostuvo con ambas manos para la foto del recuerdo. Los tuvieron que abrir y sacar las entrañas para poderlos levantar. Así de grandes eran, la foto no es engaño. El fregado animal era casi de mi tamaño.



La excursión de pesca submarina fue un éxito, excepto para los peces

Si pescando a dicho monstruo con caña sería laborioso, imaginen hacerlo con arpón sin tanques de oxígeno, a puro pulmón y fuerza. Mi padre era el cocinero de la expedición y preparaba una sopa de cabeza de pescado que era muy celebrada por los expedicionarios. A mi me gustaba, siempre he sido de buen diente, pero claro que prefería algo menos elaborado. Pero recuerdo que pedía una porción de la cabeza para sacarle los ojos y chuparlos hasta dejar en mi boca una caniquita, que sería el cristalino esférico del pez.

Pero también las noches eran muy especiales, porque solo teníamos como combustible para la fogata las ramas y troncos secos que podíamos recoger de los alrededores. La noche en la playa, lejos de las resplandecientes ciudades, es realmente impresionante. Solo se escuchan los sonidos de la naturaleza. Los olas rompiendo en las piedras de la playa, la brisa marina entre las plantas, el sonido de algún coyote deambulando, los grillos o saltamontes cercanos. Y sobre todo, el sonido de nuestras voces que se pierden en el aire. No hay paredes ni obstáculos en que ‘rebote’ la voz humana y, por tanto, su sonido es más puro.

Las noches en "El Cabezón" fueron experiencias únicas, irrepetibles

Estos últimos años la familia hemos ido a acampar en otro tipo de situación. Por ejemplo, pagamos por estar dentro de instalaciones seguras y más cómodas. Ahora acostumbramos ir al KOA de Tecate, en donde tenemos un lugar plano para poner nuestra tienda de campaña, tenemos mesa campirana y un asador, servicio de agua corriente y regaderas con agua caliente cerca, alberca y golfito para los chamacos. Me imagino que el “El Cabezón” es ya una cabeza de playa donde estarían llegando cargamentos de drogas. El lugar es suficientemente remoto e inaccesible como para considerarlo en los planes de contrabando. Por tanto ya no sería seguro para las familias, como tantos otros lugares que visitábamos de niños.


Ahora hay seguridad y pasatiempos modernos en el campismo, ¿ha sido para bien?

Terminadas las vacaciones volvíamos al mundo real. Mi padre a La Jabonera del Pacífico y yo a la primaria. Yo a mis tareas y juegos familiares, mi padre a su trabajo y a su música. ¡Ah, su música! Pasan los años y aún se escuchan sus ondas en mis oídos. Antes en la consola ZENITH a bulbos, hoy en insólitos artificios electrónicos que no giran, no se mueven, no hay que esperar a que ‘se calienten’, no se rayan y no ocupan mucho espacio. Lo dicho, mi padre hubiera sido muy dichoso con su iPod, de 120Gb, para tener toda su música en la punta de los dedos.

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Percy Faith era uno de los músicos favoritos de papá. Fue uno de los iniciadores de la llamada Easy Listening, a mediados de los 50s y 60s, llegando a tener una gran popularidad en EEUU y en México. La casa paterna casi siempre estaba ambientada con la música clásica y con las orquestas de Percy Faith, Paul Mauriat o Ray Conniff. En la única estación de TV mexicana, la XHBC-TV, siempre ponían como patrón de ajuste la música de los discos de mi papá. En el canal de EEUU, la repetidora de la ABC transmitía The Lawrence Welk Show donde este músico y sus estrellas interpretaban la música que ambientaba el hogar del Zorro.


Este álbum pudo escapar del ataque de termitas


Este álbum se perdió sin remedio en c. 2003, después del ataque guerrillero de termitas asesinas

De Parcy Faith mi papá tuvo dos álbumes: Bouquet, (1959) y Jealousy, (1960), este último perdido en el Ataque De Las Termitas Asesinas en c. 2003. Solo me quedó el álbum Bouquet donde podemos aún disfrutar de sus bellísimas piezas: Bouquet; Tenderly; Laura; The Song from Moulin Rouge; Beyond The Sea; Autumn Leaves; Speak Low; Solitude; Deep Purple; Intermezzo; Ebb Tide; Fascination.

De ellas comparto tres piezas representativas del género y de su arreglista. Espero que las disfruten, como un sano consejo, en compañía de su pareja al atardecer.







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Este año iremos de nuevo a acampar en Tecate. Las reservaciones están hechas para Semana Santa y los días transcurrirán aceleradamente, lo presiento.

Ahora hay que esperar el momento para volver a acampar en familia

Que todos tengan un bello fin de semana.

2 comentarios:

Lu Kurc dijo...

Hola Carlos ! Te acuerdas que nos comunicamos cuando hablamos de que habíamos perdido un autógrafo de Neil Armstrong ? Ahora bien ,después de 6 años perdido entre mis libros en mi casa ! Y yo creyendo que mi esposo sin querer y después de dejarlo yo en un lugar inapropiado, lo había arrojado a la basura...Pues no...lo encontré !!

Lu Kurc dijo...

Hola Carlos ! Te acuerdas que nos comunicamos cuando hablamos de que habíamos perdido un autógrafo de Neil Armstrong ? Ahora bien ,después de 6 años perdido entre mis libros en mi casa ! Y yo creyendo que mi esposo sin querer y después de dejarlo yo en un lugar inapropiado, lo había arrojado a la basura...Pues no...lo encontré !!